MI PONY
Recuerdos que vienen a mi memoria de la época
de mi niñez, hago un poco de memoria y traigo a mi mente esas visitas a mi
abuela, la madre de mi padre, a la cual no tengo memoria de haberla visto
alguna ves de pie tengo vagamente el hilo de su silla de ruedas, ella hablaba
español pero muchas veces decía palabras que solo entendía mi padre, me
preguntaba siempre como sería mi abuelo al que nunca conocí y me preguntaba qué
tan viejo seria y como se debería ver, esa falta de respuesta me hizo a mismo
prometerme que nunca envejecería, lo cual por cierto hasta la fecha he logrado
con un singular éxito.
En esas visitas de domingo, recuerdo a mi pony
era de color castaño yo casi era de su tamaño, ya que aún era muy pequeño solo
me dejaban pasear por los alrededores de la casa, mi pony me seguía a todos
lados, le gustaban mucho los caramelos y el chocolate siempre que yo tenía uno
en la mano el venia y me lo quitaba.
Este recuerdo viene a mi mente ahora, ya que
hoy tuve la oportunidad después de algún tiempo de reunirme con dos de mis
hermanas mayores, que están fuera del país y en esa charla que evoca los
recuerdos, trajo acotación a mi abuela y entre recuerdos les dije de mi pony;
mis dos hermanas me miraron sorprendidas y me dijeron ¿cuál pony?, el de mi
abuela y les narre este vago recuerdo.
Ellas se miraron una a otra y me dijeron tu
nunca has tenido un pony, en la casa de la abuela si era una pequeña hacienda
había caballos, vacas, pollos, gallinas, etc. Pero nunca hubo un pony.
Yo les insistí que sí, ellas buscaron entre las
fotografías de mi abuela y me mostraron las fotos de la casa, y lo más cercano
y parecido a un pony era el perro que tenía mi abuela, aparentemente de color
castaño ya que la fotografía era en blanco y negro, y que según ellas me seguía
a todos lados y me quitaba de la mano todo lo que yo comía.
Esto nos causó una gran sonrisa pero ahora me
pregunto en qué etapa de mi desarrollo este perro se convirtió en mi pony.
¿Cuántas veces nos auto engañamos nosotros
mismos? Para hacer tolerable o agradable nuestras frustraciones.
¿Cuántas veces idealizamos a nuestras parejas?
Para aceptarlas.
¿Cuántas veces aceptamos como cierto lo que
nuestra mente nos ofrece como vinculo de tolerancia?
Muchas veces necesitamos de la ayuda de otros
para descubrir que nos auto engañamos y nos preguntaremos nosotros mismos ¿Por
qué?
Cariñosamente Hector.OGG.