domingo, 1 de junio de 2014

¿Y tú, ya sabes AMAR?

Estoy aprendiendo a aceptar a las personas, aun cuando ellas me defrauden, aun cuando se salgan del ideal que yo tengo de ellas, aun cuando ellas me hieran con palabras ásperas o acciones irreflexivas.
Es difícil de aceptar a las personas así como ellas son, y no como quiero que sean.
Es difícil, pero estoy aprendiendo, porque estoy aprendiendo a AMAR, estoy aprendiendo a escuchar. Para escuchar con los ojos, con los oídos, con el alma, con todos los sentidos, lo que dice el corazón, lo que dicen los hombros caídos, los ojos tristes, y las manos inquietas.
Para escuchar el mensaje que esconden las palabras, para descubrir la angustia guardada, la inseguridad enmascarada, y la soledad encubierta. Para penetrar en la sonrisa falsa, la felicidad simulada, y la adulación exagerada. Para descubrir el dolor de cada corazón, para descifrar el porqué de las lágrimas.
Poco a poco, yo estoy aprendiendo a amar.

Estoy aprendiendo a perdonar, porque el amor perdona, limpia las heridas, y borra las cicatrices que la incomprensión e inseguridad grabaron en mi corazón herido. El amor alivia la herida que dejaron los pensamientos dolorosos, y no cultiva las ofensas con piedades y autocompasión.
El amor perdona, da alivio, y extingue todo el dolor en el corazón.
Paso a paso, estoy aprendiendo a perdonar y a amar, estoy aprendiendo a descubrir el valor dentro de cada vida. Estoy aprendiendo que el afecto y la aceptación, son necesarias para soportar las experiencias duras vividas a lo largo de los años.
Estoy aprendiendo a ver el alma de las personas, y las posibilidades que Dios les dio. Yo estoy aprendiendo, aunque tropezando, estoy aprendiendo. Estoy aprendiendo a poner de lado mis propios dolores, mis intereses, mi ambición y mi orgullo, cuando éstos impiden el bienestar y la felicidad de alguien.
Aun así, estoy aprendiendo a AMAR.

¿Y tú, ya sabes AMAR?

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